sábado, 23 de agosto de 2014

¿Vale la pena?

Cuantas veces habremos escuchado esto en boca de otras personas, ya sean desconocidos, familiares, amigos... Estas tres palabras al entrar en mi oído desatan una serie de pensamientos enorme que forman una red y solo me veo capaz de articular la palabra: Sí.

¿Por qué merecerá la pena? ¿Hace falta que responda a esa pregunta? ¿No es válido acaso luchar por lo que más se quiere? La respuesta es de nuevo, sí. No solo me refiero al entrenamiento, me refiero a que todo por lo que uno lucha y se esfuerza merece la pena, sea el objetivo que sea.  Siempre tratamos de justificar todo lo que hacemos para que los demás tengan conocimiento de esas razones, no creo que esto sea necesario, cuando hacemos algo o queremos algo claro que merece la pena es estúpido preguntar si vale la pena, es tan fácil como ver que esa persona si lo está haciendo es porque tiene razones suficientes y argumentos gigantes para hacerlo y conseguirlo.

La sociedad está tan empeñada en justificar el por qué de las cosas que nos olvidamos de lo más profundo y es que hay cosas que solo la locura de uno mismo puede justificar. A mí me merece la pena entrenar, alimentarme, suplementarme porque así yo lo creo necesario y bueno para mí, tendré más o menos razones pero me limito a hacer lo que quiero y si quiero sufrir para alcanzar algo lo haré y punto, las justificaciones no se las tengo que dar a nadie.

Basta ya de juzgar lo que los demás hacen y buscarle el por qué, es más fácil dejar que cada uno busque su camino y sea capaz de alcanzarlo ya que por eso lo ha elegido. Nos pasamos la vida buscando el sentido de todo y hay cosas que simplemente no lo tienen. Si quiero mejorar mis marcas en un deporte del cual no vivo lo haré y punto porque así lo deseo, no me preguntes por qué.