domingo, 7 de diciembre de 2014

Día a día

Creo que nunca he tenido el pensamiento de voy o no voy en mi cabeza a la hora de ir a entrenar. Es mi pasión. Es mi vida. Hay días en los que te notas más cansado físicamente o lo que es peor, mentalmente. En esos días simplemente me centro en mis objetivos, visualizar tus sueños es una forma de tenerlos más cerca de ti. Entrenar libera mi mente y me hace sentir vivo. Simplemente antes de ir al gimnasio, cojo mis cascos, los conecto al móvil y deslizo el dedo hasta encontrar una canción que hace que en mi pecho el corazón quiera salirse, me levanto, lleno la botella de agua, le doy un sorbo, la vuelvo a llenar. Voy a mi habitación abro mi mochila de entrenamiento y la coloco junto al magnesio, el cinturón y las cadenas que uso para lastre. Camino hacia mi mesilla de noche y miro qué progresiones me toca hacer ese día, la cojo y la meto en la misma mochila, es el último paso antes de salir de casa. Sudadera si hace frío y capucha puesta, la música no para de sonar, es un elemento motivador muy a tener en cuenta. 
La llegada al gimnasio es triunfal, sales de una casa para ir a otra. Saludas al personal, cruzas el camino hacia los vestuarios echando un ojo a la sala y pensando `a ver si no hay mucha gente´ porque cuanto más solo estés mejor entrenas. Te quitas la sudadera, coges aire, vacías la mochila con tus herramientas de trabajo, con la cabeza alta nos vamos hacia la sala de musculación. Un apretón de manos y saludo cordial al monitor, un amigo más. Te diriges hacia la zona de pesos libres con el alma eufórica sin saber si es por la cafeína o porque te toca sentadillas. Un día más una lucha más contra mí mismo. El peso está sobre la barra, la bolsa de magnesio en el suelo y tus manos impregnadas de blanco sucio, rodeas la barra con tus manos y aprietas, sabes que lo que hagas en ese momento es lo que te hará estar más cerca de tu objetivo, lo que te hará más fuerte. La música no ha parado de sonar. Aprovechas ese estribillo que tanto te gusta para sacar la barra y apretar a la vez cada músculo de tu cuerpo, llegó la hora de la verdad. Bajas con ganas como si te esperara tu madre con la cena hecha pero solo es el primer paso, la gloria está arriba, se trata de empujar y eso es lo que voy a hacer. Una más por mi sueño. 

Cuando acabas de entrenar te sientes vivo, así es como yo lo definiría, más vivo que nunca. Sudor en la frente y un buen sabor de boca. Estoy más cerca de ser la mejor versión de mí mismo.  El camino a casa se hace corto, solo queda apuntar lo conseguido hoy y descansar porque mañana toca volver a esa segunda casa a hacer lo que más te gusta.

Eso es lo que ocurre cada día de entrenamiento. No hay nada mejor que superarse a uno mismo y vencer los miedos que se pueda tener. Cada día es una oportunidad que se nos otorga para mejorar.


viernes, 21 de noviembre de 2014

Guerra Interna

Cascos en los oídos, las manos sucias de magnesio, sudor en la frente, frío entre los dedos, músculos contraídos, pulmones hinchados, párpados cerrados, estás a punto de librar una lucha contra la barra y lo que es peor, contra ti mismo.

Mi peor enemigo es mi propio ser, librar una batalla interna es lo más complicado que la vida te puede ofrecer. Somos capaces de destruirnos a nosotros mismos sin darnos cuenta. Quién no ha sentido alguna vez que todo fallaba a su alrededor pero que nada había cambiado?. Darse cuenta que nuestro verdadero némesis es aquella parte de nosotros que dice `no puedo´ esa pequeña inseguridad que todos tenemos pero algunos no son capaces de reconocer. Luchar contra uno mismo puede ser difícil pero es una guerra que hay que librar, y sobretodo ganar.

Es una guerra interna que se refleja en el exterior, si somos capaces de derrotar a ese enemigo tan poderoso, seremos imparables. El superarse día a día forma parte de esta guerra, vencer el no poder. Pocas veces sabemos de qué somos capaces. Pongo ejemplo el hacer una sentadilla con una barra cargada de discos porque es una metáfora aplicable a la vida misma. Cuando algo te hunde, empuja y levántate.

No te rindas y lucha. Dar lo mejor cada día puede ser difícil pero tiene su recompensa. Vence a tu yo interno y las demás victorias vendrán solas.


David.C (@DC_Shak)



martes, 11 de noviembre de 2014

Sensaciones

Estaba el otro día pensando lo abandonado que tenía el blog pero siempre que pienso en escribir acabo por no hacerlo, simplemente porque la inspiración últimamente no está de mi parte, al menos no hasta esta noche.

Últimamente vivo una etapa en la que me planteo muchas dudas, tengo muchas inquietudes a nivel personal y profesional y todo lo que me rodea parece dar vueltas sin llevar un rumbo claro. Es complicado de visualizar pero son momentos que la mayoría ha vivido, vive o vivirá en algún momento de su existencia. Con esto no quiero aburriros ni venir a llorar párrafos cargados de drama, simplemente comentar por qué he dejado algo apartado el blog y que tengo bastantes proyectos para este año entrante.

Aparte de la cuesta arriba temporal que me acecha lo que más sigue aliviando el camino es el entrenamiento de día a día. Esa sensación única cuando llenas la botella de agua, coges las cadenas y el magnesio y te diriges a la sala inundado por una canción que te hace vibrar, no estás solo pero te limitas a la barra y los discos que tienes delante. Esa sensación `sucia´ cuando tus manos se impregnan en el blanco del magnesio, esa sensación cuando rodeas la barra con tu mano y te fundes en uno con ella, esa sensación de haberte superado una vez más, esa sensación de hacerte más fuerte cada día que pasa. Es único.

La vida se basa en sensaciones, buenas y malas, hay que intentar quedarse con las buenas sensaciones y repetirlas las veces que nos sea posible. Cuando algo o alguien te produce malas sensaciones, aléjalo de ti y busca lo bueno, lo que te haga progresar física y espiritualmente. Os hablo de sensaciones porque creo que es importante vivir la vida a través de los sentidos, usarlos y no dejar que se atrofien. Aferrarse a lo que te haga sentir bien.

Que lo único que te hunda sea la barra y cuando lo haga, empújala y domínala como a la vida misma.


David.C (@DC_Shak)



miércoles, 17 de septiembre de 2014

Sacrificio. ¿Realidad o ficción?

Cuántas veces habremos escuchado esta palabra en este deporte, yo diría que infinitas. Ha sido dicha por culturistas, por deportistas de élite, por políticos y por gente de la calle. Es realmente lo que hacemos un sacrificio?. 

Sacrificio: Esfuerzo, pena, acción o trabajo que una persona se impone a sí misma por conseguir o merecer algo o para beneficiar a alguien.

Mi opinión está repartida, considero sacrificio como bien dice la definición anterior aquella acción que nos imponemos a nosotros propios por conseguir un objetivo, eso no hay quien lo dude, pero si realmente te gusta lo que estás haciendo, ¿se puede considerar sacrificio?. Ahí dejo la pregunta.

Luchamos por unos objetivos a corto o largo plazo, cada día, con todas nuestras fuerzas, pero nos encanta hacerlo porque nos gusta todo lo que esto envuelve. Es verdad que nos sacrificamos muchas veces por conseguir esa meta, ya sea por no poder comer todo lo que nos da la gana, por perderte una fiesta para poder entrenar... El límite del sacrificio lo ponemos nosotros.

`How bad do you want it?´ Esa es la pregunta del millón, si realmente quieres conseguir un objetivo y te cuesta conseguirlo pero luchas por ello, llámalo sacrificio, pero si ese sacrificio lo juntas con pasión obtendrás éxito. Soy el primero que cree que se sacrifica por sus objetivos, tengo mis razones y los que me conocen bien saben por qué lo digo, aunque ese sacrificio me encanta, no me resulta difícil seguir sacrificándome porque sé que merecerá la pena luchar y que algún día llegaré a esa meta y me marcaré otra, todo depende de como te plantees tu vida.

Vive y lucha por aquello que realmente te hace feliz, a mí este mundo me apasiona y he hecho de ello mi vida, sacrifícate si lo necesitas para ser mejor persona y hacerte más fuerte.


sábado, 23 de agosto de 2014

¿Vale la pena?

Cuantas veces habremos escuchado esto en boca de otras personas, ya sean desconocidos, familiares, amigos... Estas tres palabras al entrar en mi oído desatan una serie de pensamientos enorme que forman una red y solo me veo capaz de articular la palabra: Sí.

¿Por qué merecerá la pena? ¿Hace falta que responda a esa pregunta? ¿No es válido acaso luchar por lo que más se quiere? La respuesta es de nuevo, sí. No solo me refiero al entrenamiento, me refiero a que todo por lo que uno lucha y se esfuerza merece la pena, sea el objetivo que sea.  Siempre tratamos de justificar todo lo que hacemos para que los demás tengan conocimiento de esas razones, no creo que esto sea necesario, cuando hacemos algo o queremos algo claro que merece la pena es estúpido preguntar si vale la pena, es tan fácil como ver que esa persona si lo está haciendo es porque tiene razones suficientes y argumentos gigantes para hacerlo y conseguirlo.

La sociedad está tan empeñada en justificar el por qué de las cosas que nos olvidamos de lo más profundo y es que hay cosas que solo la locura de uno mismo puede justificar. A mí me merece la pena entrenar, alimentarme, suplementarme porque así yo lo creo necesario y bueno para mí, tendré más o menos razones pero me limito a hacer lo que quiero y si quiero sufrir para alcanzar algo lo haré y punto, las justificaciones no se las tengo que dar a nadie.

Basta ya de juzgar lo que los demás hacen y buscarle el por qué, es más fácil dejar que cada uno busque su camino y sea capaz de alcanzarlo ya que por eso lo ha elegido. Nos pasamos la vida buscando el sentido de todo y hay cosas que simplemente no lo tienen. Si quiero mejorar mis marcas en un deporte del cual no vivo lo haré y punto porque así lo deseo, no me preguntes por qué.

miércoles, 9 de julio de 2014

¿Qué es para mí entrenar?

Hoy voy a hablar sobre lo que para mí significa entrenar, más allá de ser una acción del ser humano. Antes de nada he decir que el gimnasio y entrenar han cambiado totalmente mi vida, ya que si nunca hubiera empezado en este mundillo jamás habría cambiado mi físico y por lo tanto no estaría estudiando un ciclo formativo sobre actividades físicas ni ahora mismo estaría escribiendo esto.

Entrenar significa de manera objetiva:Preparar o adiestrar física, técnica y psíquicamente a personas o animales, especialmente para mejorar el dominio de un deporte´

 Esto es lo que viene siendo la definición objetiva y de diccionario de lo que es entrenar, pero para mí y creo que para muchos otros, la palabra entrenar significa algo más que esto. Es un estado del cuerpo y algo espiritual en todos sus sentidos.

Cuando alguien entrena, su mente se centra solamente en lo que tiene en frente, en mi caso son los hierros. La mente entra en un estado de abstracción total sobre el resto del mundo, da igual lo que haya pasado ese día, si de verdad vas enserio todo lo malo o bueno se traslada de forma positiva al entreno. En tu mente solo hay el peso que vas a usar, el número de repeticiones que estás haciendo, las series que llevas y las que te quedan y lo más importante las ganas de llevar tu cuerpo al máximo esfuerzo. El cuerpo sin embargo se conecta con la mente, si tu mente está despejada y en forma tu cuerpo hará lo mismo, el cuerpo se activa y se pone en marcha globalmente y activas una máquina perfecta, una simbiosis entre cuerpo y mente que llevará tu yo más interno a alcanzar los límites de su naturaleza.

Para mí entrenar es algo tanto físico como espiritual (como he comentado antes) el gimnasio en mi caso es un sitio donde me siento más agusto que en mi propia casa, es como si fuera una extensión de mí en forma de lugar, un sitio en el que cada minuto se vuelven décimas de segundo, cada entreno es como volver a nacer.

Entrenar implica crear y destruir, moldear tu físico, hacerte más rápido, hacerte más fuerte, más ágil... sea cual sea el objetivo debes estar centrado y enfocado en él. Entrenar es mi vida, si no pudiera hacerlo apenas tendría sentido, esto puede sonar brusco y tal vez estúpido para mucha gente, pero a quién le apasione de verdad este estilo de vida creo que me entenderá cuando digo esto.

`No dejéis que gente con una mente pequeña os digan que vuestros sueños son demasiado grandes´


lunes, 30 de junio de 2014

Día a día en el fitness.

Hace tiempo que no escribo en blog y estoy planteándome convertirlo en un cuaderno de pensamientos, sensaciones y cosas importantes referidos al deporte que practico que es el culto al cuerpo, el culturismo, el fitness o el levantar pesas. Como queráis llamarlo.

Hoy quiero hablar del día a día en este deporte ya que es algo muy duro y que pocas personas dan el valor y la importancia que realmente tiene. Digamos que este deporte se practica durante 24 horas del día 7 días a la semana, ya que no solo es entrenar en el gimnasio y matarnos con los hierros, cuando salimos fuera de para lo que nosotros es el `templo´ tenemos que seguir con el entrenamiento. Con esto último me refiero que a todo lo que hagas fuera del gimnasio, va a repercutir en tu rendimiento, tu estética, tu ánimo y tu entrenamiento. Para cualquier persona que practique esto en serio es super importante la dieta, el entrenamiento y el descanso. Ya no estoy hablando de los métodos que se usen sean de la Old School o de la New School, estas tres cosas son los pilares de este deporte.

La mayoría de la gente de a pié se cree que la gente que acude a los gimnasios y tiene un buen físico están así porque pasan una hora levantando pesas sin parar, cosa que es muy equivocada y que solo los que estamos ahí dentro conocemos el valor del entrenamiento. Como antes he dicho hay que ser constante y dar todo las 24 horas del día. Hay quien diga que no tenemos vida o que no podemos hacer una vida `normal´ ya que no podemos comer guarrerías, beber alcohol o fumar... Ahora bien destacando todo esto último yo creo que todos comparten mi punto de vista ya que para nosotros la verdadera vida y sus placeres están en el entrenar, el nutrirse y el descansar junto a tus amigos, familia, etc. con el descanso me refiero a que en realidad podemos hacer todo lo que una persona `normal´ hace atendiendo siempre a lo que se come, lo que se bebe...

Poca gente como he dicho da valor al día a día de un culturista, es una vida de puro sacrificio, paciencia, constancia y voluntad de superarse a uno mismo. Podemos pasar hambre, dolor, cansancio, críticas, miradas de otros, comentarios negativos y nuestra propia visión negativa pero lo que está claro es que si somos constantes y luchamos podemos alcanzar cualquier objetivo que nos propongamos. Ya sea trabajar la fuerza o trabajar la estética corporal.

No hay mayor placer que conseguir lo que otros dijeron que no conseguirías.

Como siempre digo, nunca te rindas y sigue tu pasión digan lo que digan.

David. C